La psicología emocional es especialista en el estudio y la observación de las emociones, esta área analiza los efectos de las emociones en cada individuo.
Por esto, hoy queremos hablarle de cómo se puede usar esta especialidad en aquellas personas que sufren de ataques de furia.
El papel de los psicólogos emocionales es realizar en las personas unas evaluaciones, analizando así las respuestas para diagnosticar si posee emociones negativas o emociones positivas.
Si después de un diagnostico resulta con emociones negativas, la psicología emocional se encarga de transformar esos sentimientos adversos o negativos en positivos o más placenteros, ayudando así a fortalecer las emociones.
¿Qué es la furia?
En primer lugar, usted debe saber que la furia es una emoción que siempre está en la vida de los individuos. No en vano, siempre está presente en situaciones de conflicto, ya sean con otros o con nosotros mismos y puede oscilar desde una leve irritación hasta el más profundo de los odios.
Cuando una persona percibe que es tratada injustamente, cuando se siente herida o cuando ve dificultada la consecución de alguna meta importante, siente furia.
Sentir esa emoción en estas circunstancias los predispone a la acción en un intento de protegerse de aquello que le hace daño y que es el origen de esta emoción.
¿Qué recomienda la psicología emocional para controlar la furia?
La psicología emocional recomienda que, primero debe identificar sus emociones, sabes que le molesta o que le entristece, tratando de evitar esas situaciones y cuando no pueda, cambie su forma de responder ante esas contrariedades, puede que en al cambio o la respuesta, encuentre la fortaleza emocional que necesita para afrontar tus problemas.
Asimismo, busque emociones más positivas ante las situaciones adversas, si al momento de una molestia, tristeza o enojo, en vez de enloquecer trate de controlarse o buscar un sentimiento más agradable, ya está trabajando en su parte de psicología de la emoción.
Por otro lado, la furia tiende a confundirse con caracteres fuertes. En algunas ocasiones se entiende como una manera de comunicarse y de afirmar el temperamento y por tanto como un signo de autoridad.
Nada más lejos de la realidad, las actitudes coléricas suscitan temor pero en ningún caso admiración o confianza en quienes las padecen.
Algunas estrategias para regular la furia
Para usar la psicología emocional en el control de la furia, no necesariamente debe asistir a un especialista, usted también puede convertirse en su propio psicólogo e intentar algunas estrategias.
Ahora bien si no logra sus objetivos, sí debe optar por una ayuda profesional. Algunas de esas estrategias son:
- Buscar la causa de su molestia y expresarlo de manera adecuada.
- Trabajar la empatía.
- Exigir respeto hacia usted mismo y hacia los demás.
- No ceder al resentimiento.
- Practicar técnicas de relajación como la respiración, meditación, pasear, pintar, escuchar música o cualquier actividad, que lo ayude a desviar nuestra atención de los pensamientos que alimentan la ira.
- Poner distancia, es decir si nota que su furia va en aumento, es positivo poner distancia con la situación, ya sea abandonando el lugar donde este o tomarse un tiempo para relajarse.